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En los siglos XIX y XX, miles de inmigrantes chinos fueron lleva dos a la fuerza al Caribe y América Latina para trabajar como jornaleros tras la abolición de la esclavitud negra, la primera de muchas oleadas de inmigración asiática. En Hospitality for Ghosts [Hospitalidad para fantasmas], la primera exposi ción individual de Candice Lin en Brasil, la artista afincada en Los Angeles explora temas relacionados con el legado de esta historia colonial, como fueron la producción de azúcar por trabajadores esclavizados y la “figura diaspórica del culí”1. La muestra, organizada por Almeida & Dale en São Paulo, combina esculturas de porcelana y fibra de vidrio con audio, videos y una instalación inmersiva e interactiva. A través de esta variada producción, Lin hace referencia a historias de mayor alcance propias de la diáspora asiática en lugares como Cuba y Brasil, destacando historias de resistencia e hibridez. Lin desafía las epistemologías eurocéntricas que pretenden estandarizar los cuerpos, las culturas, las creencias y las formas de vida, en las que cualquiera que sea considerado como “el otro” es categorizado como una amenaza. Este camino contrarresta la lógica colonial y conduce a visiones más amplias de la sociedad brasileña y su historia colonial, poniendo en relación la diáspora asiática con las formas de pensar indígenas y afrodiaspóricas del país.
Dado que Brasil cuenta con una de las mayores comunidades de inmigrantes y descendientes asiáticos del mundo, la exposición de Lin invita al público brasileño a establecer un diálogo urgente y necesario. Su exposición forma parte de Transoceanic Perspectives [Perspectivas transoceánicas], organizada por Almeida & Dale y curada por Yudi Rafael, el más destacado investigador del arte de la diáspora asiática en Brasil. El proyecto de investigación y la exposición exploran los movimientos migratorios y los intercambios culturales entre el Atlántico y el Pacífico. La muestra de Lin inauguró
el programa coincidiendo con Archaeological Site [Yacimiento arqueológico], de Mario N. Ishikawa, una exposición simultánea contigua.
Hospitality for Ghosts ocupó cuatro salas en Almeida & Dale. En la primera sala se exhibió Refined by Fire [Refinado por el fuego] (2018/2021), una instalación en la que Lin yuxtaponía dos imágenes antagónicas: un diagrama del proceso de refinado del azúcar y un extracto de “The Cuba Commission Report” [Informe de la Comisión de Cuba], una reclamación de 1873 que denunciaba las condiciones abusivas que sufrían los trabajadores chinos en Cuba. Pintados sobre una pared negra, aparecen unos barriles blancos llenos de gránulos de carbón purificador en los que el azúcar “moreno” se convierte en “blanco” como parte del proceso de refinado, un reflejo de los esfuerzos coloniales por blanquear cultural mente los países invadidos. El diagrama también
alude a varios procedimientos químicos realizados por los obreros: filtrado, decantación, desinfección, esterilización, purificación. Al otro lado de la sala, un fragmento de la reclamación, que denunciaba las despiadadas condiciones de trabajo, aparecía impreso sobre una pared blanca. Este fragmento del documento hablaba de trabajadores fallecidos a los que se negaba la dignidad de un ataúd o una sepultura. Sus cuerpos eran arrojados a un foso y sus huesos se quemaban para fabricar la cal necesaria para refinar el azúcar. Puestas en conjunto, estas imágenes contrapuestas cuentan una historia impactante y sobrecogedora: el azúcar, transformado de moreno a blanco, era más valioso que los trabajadores chinos. Incluso una vez muertos, sus restos mortales eran ultrajados, sus cenizas “refinadas por el fuego” (como indica el título de la obra) y reintegradas en la cadena de producción. Provocadoramente, Lin evocó esta dinámica mediante la mezcla en la pintura mural de un pigmento negro producido a partir de huesos de animales carbonizados.
La instalación La Charada China (2018) ocupaba otra sala, en la que una película reflectante cubría unas paredes iluminadas en rosa. Se invitaba a los visitantes a echar una partida de dados sobre una escultura central de arcilla mientras se reproducían secuencias etéreas en las paredes reflectantes. El título de la obra hace referencia a un juego de apuestas popular en Cuba, importado por trabajadores chinos esclavizados en el siglo XIX. Según un folleto sobre el juego incluido en la instalación, los asistentes pueden jugar a La Charada China “por dinero” o “por sueños y espíritus”2. Los dados, que podían caer a través de hendiduras talladas en la mesa de arcilla, en conjunto evocaban la forma de un cuerpo humano ausente. Su forma recordaba la figura impresa en los billetes de lotería utilizados en este juego cubano, una imagen despectiva de un inmigrante asiático con una pipa de opio vestido con ropas típicas de la dinastía Qing.3 Al centrar la atención en este juego, Lin subraya la mezcla de influencias asiáticas con las latinoamericanas, lo que da lugar a una epistemología contaminada que se resiste al sentido europeo de la pureza.
En una sala más pequeña, iluminada únicamente por la propia obra de arte, Decomposition [Descomposición] (2020) reunía esqueletos de porcelana de seres fantásticos dispuestos en vitrinas similares a las de un zoológico a los que bañaban luces LED blancas de laboratorio. Estas vértebras miméticas estaban recubiertas de pasta de carne, enmohecida por las larvas de Dermestidae que Lin colocó en el interior de las vitrinas. De este modo, la artista transformaba el experimento científico de laboratorio, símbolo de la lógica y el control coloniales, en un ecosistema espontáneo de huesos falsos y larvas que resultaba fascinante contemplar. Visité la exposición dos veces, y lo que más recuerdo es el olor. En la inauguración pude ver larvas arrastrándose discretamente entre las virutas de madera, y la obra desprendía un olor que me recordó al de la comida para perros mojada. Dos semanas después, la obra se había metamorfoseado casi por completo. Ahora despedía un punzante hedor ácido e innumerables escarabajos habitaban en el interior de los esqueletos de porcelana como si de una topografía natural se tratase.
El título Hospitality for Ghosts sugiere una actitud receptiva ante fenómenos típicamente temidos4. Al abrazar la hibridez y el sincretismo, la exposición de Lin rechazaba visceralmente las prácticas coloniales de categorización, segregación y purificación. Honra la impureza, explora las posibilidades armónicas de la contaminación y da la bienvenida a lo sobrenatural como materia enriquecedora.
Esta reseña se publicó originalmente en Carla número 36.