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Cuando la pandemia provocó los grandes encierros en marzo, Guadalupe Rosales tuvo que cambiar sus planes para la inminente performance comisionada por Los Angeles Nomadic Division (LAND). Concebido inicialmente como un evento presencial, Rosales hizo girar la obra, Channel Flip, Meet Me at the Edge of the Sun (Cambio de canal, encuéntrate conmigo en el borde del sol, curado por Matthew Schum), hacia la realidad de un proyecto exclusivamente online. La nueva iteración de Channel Flip se creó para ser experimentada online —con cascos puestos, en modo pantalla completa—. Huyendo de la dinámica de visionado en grupo, propia del teatro o las galerías, construye una intimidad directa entre el intérprete y el espectador. La experiencia de visionar la película se asemeja a la manera en la que nos conectamos online —especialmente ahora— estando cada uno de nosotros físicamente aislados, pero encontrando una comunidad a través de la pantalla.
Channel Flip es un trabajo colaborativo, para el cual Rosales invitó a sus compañeros artistas Zackary Drucker, Nao Bustamante, MPA y rafa esparza a que contribuyesen pequeñas piezas que ella luego ensambló junto al artista Vishal Jugdeo y la editora Chelsea Knight. En este sentido, Channel Flip se asemeja a los proyectos archivísticos colaborativos en curso de Rosales, Veteranas and Rucas (Veteranas y Rucas) y Map Pointz (Mapa Pointz) (ambas obras de 2015 hasta el presente). Cada una de ellas es un archivo inacabado de fotografías y ephimera que documentan a grupos poco representados, como latinas en el sur de California o el panorama Latinx de la década de los noventa, en la cual Rosales participó. En ambos proyectos, permite a los participantes que le hagan llegar sus propias fotografías e historias, dándoles, de esa manera, autonomía para que le den forma a sus propias narrativas.
Rosales escoge a sus colaboradores para Channel Flip basándose en el uso directo que hacen de sus cuerpos en sus respectivas prácticas artísticas, ya que cada uno de ellos suele empujar las fronteras de su propia fisicidad. En su performance anterior, Indigurrito (1992), Bustamante invitó a los hombres blancos entre el público a que comiesen un burrito atado fálicamente a su entrepierna como penitencia por siglos de opresión. Mientras tanto, las obras de duración extenuante de esparza incluyen la performance, que se desarrolla desde el amanecer hasta el atardecer, RED SUMMER (VERANO ROJO) (2016), en la cual se derrumbaba cada vez que se oían los disparos del campo de tiro LAPD colindante.
Para Channel Flip, cada artista trabajó de forma independiente (y se mantuvo socialmente distante) para crear un video que reflejase el inquietante tiempo en el que vivimos, cada uno de ellos enmarcado inevitablemente por el aislamiento de la pandemia y la rabia y solidaridad colectivas de los levantamientos por la justicia racial. En medio de estas experiencias duales, todos nos vemos divididos entre los extremos del trauma corporal y la conexión, vulnerabilidad y resiliencia corporal —nuestros cuerpos han llegado a representar agentes de infección y contagio, mejor estar aislados, enmascarados y limpiados con ahínco por seguridad. Pero juntos, en grupos ansiosamente unidos, nuestra presencia física tiene el poder de volcar el statu quo y promover un cambio radical.
La edición íntegra de Channel Flip construye la consecución de una línea de forma poética y evocativa más que cualquier tipo de estructura narrativa coherente. Breadphones (todas obras del 2020) de Nao Bustamante consiste en un tutorial ASMR medio irónico, medio sincero sobre la forma de hacer pan de masa madre, la actividad casera a la que tantos de nosotros hemos recurrido en los primeros días de la pandemia. Con un susurro juguetonamente burlón, amasa, abofetea y araña la masa, mientras su micrófono amplifica cada estrujamiento y reventón. Hay un elemento reverencial en su juego, ya que correlaciona la transformación lupulada del pan con una forma de alquimia, haciendo referencia al mito nativo americano sobre una mujer sollozando que crea vida a partir de sus abundantes mocos. Hace crujir ruidosamente una bandeja de hielos dejando caer los hielos en un horno que expulsa nubes de vapor que se espesan enseguida creando una máquina de niebla de fantasía en la cocina. El amable tutorial deja paso a una fiesta disco, cuando Bustamante se ajusta las dos mitades del pan recién horneado a las orejas a modo de auriculares maseados. Un remix del himno disco de Sylvester Make Me Feel (Mighty Real) ofrece la motivadora banda sonora a su fiesta de baile para uno.
Para la contribución rafa esparza, baboso, lleva el maquillaje de un payaso triste al tiempo que hace malabares con bolas de hielo hechas con su propia saliva congelada. El título original de la obra se traduciría del español como “slobbery” aunque la palabra baboso en ocasiones tenga connotaciones negativas y sexuales. Mientras introduce las bolas de hielo en su boca, dejando que la saliva congelada se derrita y gotee sobre sus manos, languidece por un amante del que ha debido aislarse en una voz sobrepuesta cargada sexualmente. La saliva es descrita como un fluido cargado, íntimo (por ejemplo, intercambiar saliva) y como un vector de enfermedades.
El video de MPA, bang.empire, explora el medio del video en sí mismo, desnudándolo a sus básicos audiovisuales. El encuadre, enfocado en su rostro, parpadea entre fondos rojos, negros y verdes mientras se cuela una banda sonora de ruidos de la calle. Se alcanza el clímax cuando una imagen de medio segundo de un culo desnudo explota y se hace añicos, seguida del sonido de la alarma de un coche a todo volumen. Mientras las imágenes cambian de un campo de color a nalgas reventando, la artista organiza un inquietante montaje que culmina, de forma bastante literal, con un absurdo bang.
Los videos en Channel Flip están unidos de forma holgada, cada uno intercalado con escenas nocturnas de la zona este de Los Angeles, grabadas por Rosales, y un coro de palabra hablada quemado por el sol, grabado por Zackary Drucker. En la contribución de Drucker, Everything We Love is Fleeting (Todo lo que amamos es transitorio), el artista dirige a un grupo de mujeres trans que recitan de forma colectiva un llamamiento poético a la perseverancia y la resistencia. Hablando de forma individual o en parejas, cada miembro del coro recita líneas que pronto se convierten en una declaración sincronizada de liberación dirigida al espectador. “Reparar la masculinidad es un trabajo a tiempo completo para millones de personas y los siglos venideros”, dicen Drucker y Mz Neon al unísono. “¿Estás cumpliendo con tu parte?”, pregunta Rain Valdez.
En las escenas de Rosales conduciendo por la noche —una extensión de sus recientes series de fotografías nocturnas— le narra el tour a un pasajero sin nombre. Comparten historias al recordar hitos personales: el callejón donde uno vio por primera vez una revista porno, el momento en el que el duelo por ver a un ser querido morir llevó al otro a una borrachera. Cuando Rosales y su acompañante cruzan First Street Bridge desde Boyle Heights hacia el centro de Los Angeles, les corta el paso abruptamente una línea de oficiales de policía reunidos en respuesta a las protestas de esta verano. Esta inclusión trae rápidamente de vuelta al espectador desde las historias personales de Rosales, pertenecientes al pasado, hacia las duras realidades del presente.
Channel Flip no es una respuesta coherente a la pandemia ni tampoco al actual levantamiento en busca de justicia social. Al igual que en su trabajo archivístico, Rosales no trata de encajar las colaboraciones de sus colaboradores en una estructura general o adaptar sus narrativas para que se ajusten a la suya propia. En cambio, les permite que hablen por sí mismos, proporcionándoles una visión fracturada que salta entre el anhelo, la memoria, el traume, la violencia, la solidaridad y la resistencia. Durante meses, hemos estado encerrados en cuarentena, anhelando la comunidad, al tiempo que intentando encontrar maneras de poner nuestros cuerpos a disposición de un uso colectivo y significativo. Al igual que cada uno de estos artistas, todos estamos buscando una manera para sobrellevar estos tiempos inciertos, y cada uno de los videos ofrece una ventana personal, muy diferente a nuestra lucha colectiva. Concebida para un consumo de aislamiento virtual, Channel Flip ofrece una representación íntima del sentimiento de conexión que anhelamos.
Este ensayo se publicó originalmente en Carla issue 21.