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En el Day of Remembrance [Día de la Rememoración] de 2022, el 80º aniversario de la firma de la Orden Ejecutiva 9066, que autorizó el traslado forzoso y la evacuación de los japoneses-americanos en la costa oeste, Devon Tsuno compartió una publicación de Instagram en la que detallaba la historia detrás de sixteen cents each and a stage for plunder [dieciséis centavos cada uno y un escenario para el expolio] (2022), un proyecto que había sido encargado por los Descanso Gardens para la celebración anual de su afamada colección de camelias1.
La académica Wendy Cheng ha caracterizado la historia de Descanso Gardens y sus camelias como “un caso de expolio racial: un acto de robo influenciado moral y afectivamente estructurado por el racismo, que trata tanto de las condiciones previas y posteriores al acto como del acto en sí”2. Enclavado en las colinas de La Cañada Flintridge, Descanso debe la existencia de su colección de camelias al propietario de un periódico de Los Angeles, Elias Manchester Boddy, quien compró en tiempos de guerra las existencias de varios viveros antes de que sus propietarios y familias japoneses-americanos, incluidos los Yoshimura y los Uyematsu, fueran encarcelados con la firma de la Orden Ejecutiva 9066. Star Nurseries proporcionó a Boddy una colección de camelias —muchas de ellas de variedades raras— que habían sido importadas, cultivadas y desarrolladas por su propietario Francis Miyosaku Uyematsu, conocido como “el rey de la camelia”. En las décadas siguientes, Uyematsu, al igual que los demás propietarios de viveros, no fue reconocido por su contribución a los inicios del Jardín, y muchas de las variedades que Uyematsu desarrolló se identifican hasta hoy con el apellido de Boddy3.
Tales historias de especulación en tiempos de guerra son lamentablemente comunes: las pérdidas económicas relacionadas con la encarcelación para la comunidad japonesa-americana se estiman entre 1 y 3 mil millones de dólares sin tener en cuenta la inflación4. En el transcurso de su investigación en 2020, Cheng se puso en contacto con Descanso Gardens para aclarar algunos de sus hallazgos, uniéndose a la periodista Naomi Hirahara, quien había estado contribuyendo a la investigación de la historia desde 2018. Desde entonces, Descanso ha actualizado la historia en su sitio web para incluir las historias de los Uyematsu y los Yoshimura, y una futura renovación ya planificada de la Boddy House incluirá una sala dedicada a la historia de las camelias.
Tsuno, artista conocido por pintar flora autóctona y no autóctona como representaciones de sucedáneos visuales de cuestiones incómodas relacionadas con la historia de Los Angeles, creó una propuesta para Descanso Gardens que se basaba tanto en la investigación de Cheng como en la poesía de Amy Uyematsu, nieta de los propietarios originales de Star Nursery, cuya obra ha sido fundamental en el movimiento asiático-americano. Uyematsu y otros poetas estadounidenses de origen japonés habían planeado una lectura al aire libre en Descanso en febrero de 2022. Inspirado por el poema de Uyematsu sobre la camelia roja, Tsuno propuso una pintura que se digitalizaría y se convertiría en un revestimiento de vinilo adhesivo para el escenario al aire libre. Finalmente pudo producir ambas piezas, aunque el proceso de creación, circulación y existencia continuada de las obras sigue siendo problemático.
A principios de este año, Uyematsu falleció tras una larga batalla contra el cáncer. Esta pérdida para nuestra comunidad, así como el incierto estado del proyecto de Tsuno, motivaron mi conversación con él. Él y yo somos yonsei, es decir, japoneses-americanos de cuarta generación, así como angelinos de cuarta generación también. Llevamos años manteniendo un diálogo sobre la manera de navegar por nuestras vidas como trabajadores del arte, basado en historias compartidas de organización y solidaridad asiático-americana. Como ocurre con gran parte de la obra de Tsuno, esta conversación pretende continuar el diálogo en torno a encontrar nuevas formas de preservación cultural y solidaridad, al aire libre, juntos.
Ana Iwataki: ¿Cómo se produjo el primer contacto de Descanso Gardens para proponeros trabajar juntos?
Devon Tsuno: Me dijeron que esperaban que yo realizara algún tipo de proyecto artístico para su celebración anual de las camelias porque estaban familiarizados con el trabajo que había realizado pintando [las] flores y plantas de Los Angeles.
[Inicialmente] critiqué la descripción [de Descanso] de cómo habían surgido. Sentí que la narrativa [tal y como la estaban contando] era inexacta desde mi conocimiento al respecto y que posicionaba a la institución como salvador blanco de esta colección [de camelias]. No quería perpetuar ese relato.
AI: ¿Cómo respondieron?
DT: Parecían sorprendidos de que yo fuera tan crítico. Pero dijeron que la institución estaba trabajando con Wendy Cheng para tomar medidas para corregir ese relato.
No parecían haber considerado un presupuesto y no habían completado [el] proceso de reescribir [su] narrativa. Les dije que no llevaría a cabo el proyecto hasta que todo eso estuviera terminado. [También les pregunté] si la familia conocía mi trabajo y si les gustaba la idea de que yo hiciera algo.
AI: ¿Qué crees que Descanso esperaba que un artista pudiera hacer que ellos mismos no pudieran?
DT: [Me dio la sensación de que buscaban] artistas que [celebraran] la belleza de la narrativa que están presentando. También es una forma de mostrar, de cara al público, que están trabajando con comunidades de color, especialmente para corregir los errores que la institución ha cometido a lo largo de su existencia.
AI: A menudo parece que las instituciones culturales ven la colaboración con artistas como un atajo para implicar a toda su red comunitaria existente.
DT: Construir una relación real es un proceso largo. Como trabajo en el ámbito de la educación, lo comprendo. En realidad, la educación es una forma productiva de llegar a la comunidad. Pero [cuando] la educación no es el objetivo principal de la institución, estoy de acuerdo en que a menudo utilizan [a los artistas] como atajos.
AI: ¿Qué sucedió para que aceptara el proyecto?
DT: Había pasado [algún tiempo] y, para mi sorpresa, [Descanso] me envió un correo electrónico en el que me informaban que habían hablado con la familia, y que esta estaría encantada de que hiciera un proyecto. Habían conseguido establecer un presupuesto para el proyecto y habían terminado el trabajo que estaban haciendo con Wendy Cheng para corregir los contenidos de su página web. Así que acepté y comenzamos la conversación sobre en qué consistiría el proyecto.
Quería encontrar una forma de amplificar la poesía de Amy Uyematsu. El cuadro que pinté es una abstracción de esas camelias rojas, una de las raras razas que propagó su abuelo. El rojo puede ser un color ambiguo: puede ser bello, pero también violento, muy intenso… pero también muy tranquilizador. Intenté plasmarlo en el color y en las capas de acrílico y pintura en aerosol.
Pensé que sería una hermosa forma de participar y de dirigir la atención hacia Amy, ya que se trata de la historia de su familia. Pedí a Descanso que comprara el cuadro para su colección permanente y lo exhibiera al público. [Quería que ellos] honraran a la familia y que la narrativa se viera en la didáctica de ese cuadro. Las personas deberían tomar conciencia [de esa historia] cuando visiten Descanso.
Lo titulé sixteen cents each and a stage for plunder (2022), que es la cantidad que [Boddy] pagó por planta a la familia de Amy5. La palabra “expolio” viene de cómo Wendy Cheng ha escrito sobre Descanso Gardens y la camelia. De nuevo, pensé que era importante ampliar y ser fiel al lenguaje de otras personas que ya habían estado haciendo el trabajo. Esta era realmente la única forma en que sería apropiado para mí hacer una pieza. No podía ser algo temporal para celebrar la floración anual de una flor.
AI: Una de las cosas que Wendy menciona es cómo centrarse en algo como las camelias aborda estos sistemas más amplios a través de algo específico. Observar una camelia y cómo llegó a los jardines ayuda a desentrañar algo que es un gran enredo. Al pedirte que hicieras un proyecto sobre la celebración anual de la camelia, en realidad te estaban pidiendo que abordaras la razón de ser misma por la que los Descanso Gardens existen. Parece una petición difícil porque la historia va mucho más allá de la celebración anual.
DT: Sin duda. Probablemente fui ingenuo, pero sentí que era el momento de correr el riesgo aunque sabía que habría muchos obstáculos.
Después de terminar la pintura, me dijeron que no creían que pudieran permitirse costear el cubrirlo con vinilo y me preguntaron si podían utilizar la [obra de arte digital] y convertirla en pancartas. Yo les dije: “Esto no es decoración para vuestro festival. Esto es una obra de arte y un proceso que fue intencionado, y se creó con el beneplácito de la familia”. Estaba a punto de rendirme, pero no dejaba de recordar que no era para mí. En realidad era para honrar a Amy y a su familia.
AI: Exacto. No querías dejarlos solos en esta lucha mientras Descanso intentaba entender su responsabilidad con la comunidad japonesa-americana.
DT: Básicamente me dijeron que no podían hacerlo debido al presupuesto. Y aunque estuviera frustrado, decidí renunciar a ese aspecto del proyecto. Al final lo conseguí porque uno de los fabricantes, el Wilson Cetina Group, se puso en contacto conmigo y me dijo que les interesaba tanto el proyecto que lo harían dentro de las limitaciones presupuestarias. Yo estaba muy en contra de que la institución aceptara eso, [pero] Eder [Cetina] de Wilson Cetina me convenció, porque [había] oído hablar del contexto de la pieza.
Y entonces me enteré del evento de celebración de las camelias con la lectura de poesía a través de un anuncio en Instagram que apareció en mi feed el día del evento. No me habían invitado. No había ninguna mención a mi obra ni en su página web, ni en las redes sociales, ni en el acto.
Por eso el Day of Remembrance, el aniversario del E0966, publiqué un post en Instagram para contar yo mismo la historia [de] por qué hice la obra y lo que le había ocurrido a la familia de Amy, y por qué era importante que la gente lo supiera. Hubo una gran respuesta no solo por parte de la comunidad artística y de la comunidad japonesa-americana, sino también de la gente que simplemente quería ver [la obra, pero ya había sido retirada].
AI: Es todo un reto porque se pide a los artistas que aporten perspectivas diferentes. Pero cuando se les presenta lo que eso significa, a menudo no es lo que las instituciones realmente desean.
DT: Envío periódicamente correos electrónicos [a Descanso] para preguntar si el cuadro ya está expuesto. Siempre responden con un correo muy amable diciendo que están planeando exponerlo en la remodelada Boddy House, en una sala dedicada a la historia de las camelias.
AI: Descanso Gardens no reconoció a Francis Uyematsu durante mucho tiempo. Él creó razas de camelias y Boddy se atribuyó el mérito. Y hacer lo mismo con otro japonés-americano, en un esfuerzo por reparar toda esta historia, demuestra una falta de comprensión de los problemas subyacentes.
DT: Para mí, una de las grandes lecciones aprendidas es que nunca intenté reparar el problema. Intentaba atacar el problema.
Creo que la escritura de Wendy lo dice muy bien. Recurrimos por defecto a la palabra “desarrollo” [para describir el papel de los Uyematsu en la historia de Descanso], pero fue un expolio… Creo que hemos llegado a un punto, especialmente en Los Angeles, en el que ya no podemos sobrevivir por nosotros mismos como grupo cultural. Creo que nuestra generación está empezando a comprender que nuestra supervivencia también depende de que otras personas sobrevivan.
El escaso privilegio que tenemos como japoneses-americanos, al haber sobrevivido nuestros padres y abuelos para que pudiéramos llegar hasta aquí, nos hace sentir muy obligados a utilizar ese privilegio y a cederlo a otras personas. La única forma de aprender a hacerlo de manera eficaz es comprender cómo nos lo arrebataron: cómo funciona el expolio, cómo moldeó nuestra historia. Ese es el camino que he seguido. Y no es un camino que cualquier artista pueda recorrer limitándose a hacer arte. Creo que hay que trabajar en la vida cotidiana como artista, pero también como ser humano. Ese [trabajo] tiene que ser necesario, aunque el capitalismo nos diga que ganando dinero y siendo un estadounidense de clase media es como se sobrevive, lo que en realidad no es cierto.
AI: ¿Cómo le ha ayudado su historia familiar a reflexionar sobre estas cuestiones?
DT: Mi familia lleva aquí desde 1910 aproximadamente. [Pero] como gran parte de mi historia cultural ha sido borrada del conocimiento común, ha sido un proceso de ir quitando capas, retrocediendo en el tiempo para conocer mi propia historia y el papel de mi familia en el desarrollo de lo que hoy es el sur de California… Diferentes personas de mi familia han luchado por la igualdad y la justicia social durante esas cuatro generaciones a través de su trabajo, de la educación y de las artes. Tardé 40 años en comprender realmente que eso era lo que estaba haciendo.
Sé que hay enormes lagunas. Tengo que buscar esas cosas. Y la historia oral es el modo en que se transmite. Lo he aprendido de otros artistas, como Alan Nakagawa y otros de la generación anterior a la mía. Ha sido un proceso agradable, aunque haya momentos de frustración, como este proyecto. No me arrepiento de haber hecho nada de esto. Una vez me dijiste que la lucha tiene que ser a la vista de todo el mundo. Se me ha quedado grabado.
AI: Creo que compartimos la preocupación por cómo funciona la cultura en el paisaje del que hablas, en el desarrollo del sur de California como un lugar en el que estamos comprometidos, pero también donde intentos similares de facilitar la justicia racial se han manejado realmente mal. Es muy difícil saber cómo navegar por ello.
DT: Creo que es muy fácil rendirse. A veces quiero rendirme y dejar de hacer obras, pero también sé que esto es lo que mejor se me da. Y aunque cometa errores y fracase, es algo que tengo que seguir haciendo. Todos intentamos sobrevivir en un sistema capitalista, y los artistas también tienen que hacerlo. Para mí, dejar de ser artista, dejar de hacer obras o dejar de exponerlas es rendirse.
Nota de la editora: Descanso Gardens proporcionó a Carla una declaración sobre su trabajo con Cheng, Hirahara y las familias Uyematsu y Yoshimura para comprender mejor la historia de la colección de camelias. Señalaron que “a partir de este trabajo no solo pudimos contar la historia con mayor precisión, sino que continuamos construyendo relaciones con las familias que han demostrado ser invaluables a medida que contamos la historia de Descanso. Este trabajo continúa”.
Esta entrevista se publicó originalmente en Carla número 34.