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En el libro de Henri Bergson de 1900 Laughter: An Essay on the Meaning of the Comic [La risa: ensayo sobre la significación de lo cómico], el filósofo describe el humor de los fracasos del cuerpo —sus resbalones, caídas, traspiés— como un fenómeno de la era industrial. A medida que el trabajo humano era delegado en máquinas eficientes, los desvaríos del cuerpo se volvían cada vez más cómicos 1. La torpeza lingü.stica y narrativa iguala a la del cuerpo en el video absurdista Communication [Comunicación] (2021) de Lex Brown, recientemente exhibido en Bel Ami, mientras la artista imagina un mundo muy parecido al nuestro, en el que el plano físico se vuelve cada vez más inmaterial. En el video, la distópica empresa de comunicaciones Omnesia ofrece pólizas de seguro contra la cancelación, una distintiva característica que incluye nuevos términos para “hablar sobre no hablar” e induce a la paramnesia colectiva sobre los desplazamientos urbanos. Esta preocupación por el lenguaje y la narrativa se manifiesta también a nivel formal, ya que Brown —única actriz de su video— modula su discurso para reflejar el ritmo acelerado de nuestro mundo hipermediatizado y opta por una dirección artística y un montaje autoconscientemente no cualificados. Si la comedia de golpe y porrazo imagina nuestra experiencia corporal como algo roto o fallido, Brown actualiza el género para captar la ruptura que se ha dado en nuestra forma de pensar, hablar y sentir. Ridiculiza, y por tanto se resiste, a las maquinaciones del big data, las relaciones públicas corporativas y la especulación inmobiliaria, todas ellas características clave de nuestra época.
Brown se formó en varios talleres de clown entre 2014 y 2019 y recurrió a esas experiencias para impregnar de una comicidad bufonesca todas sus actuaciones en Communication. El video comienza con una pantalla en negro y algo de humor anticuado, mientras oímos a los miembros del público esforzarse sin gracia por recorrer un planetario, chocando unos con otros en una sala oscura. A continuación, un profesor aparece en pantalla para ofrecer una presentación sobre los habitantes de las ciudades, dirigiéndose al espectador. El resto del video cuenta la historia del profesor, que se centra en Aspen Van Der Baas y Jordie, empleados de Omnesia. A lo largo del video se utilizan mucho las pantallas divididas y las tomas en plano y contraplano, ya que Brown crea un espacio cinematográfico que parece casi totalmente desvinculado del plano físico. Con la ayuda de Silvie, una IA que recuerda a una Siri exagerada a la que solo se oye, nunca se ve, Aspen y Jordie conspiran para construir una urbanización en una ciudad llamada New Greater Framingham destinada únicamente a ser vista, no a ser habitada. Su estrategia se basa en hacer llegar el siguiente mensaje: al crear agujeros argumentales en los pensamientos de los habitantes actuales de la ciudad mediante poderosas fuerzas algorítmicas, podrán desplazarlos sin disgustos, creando así espacio para su urbanización especulativa.
En la comedia de golpe y porrazo de principios del siglo XX, los pianos se deslizaban por las escaleras y los bandidos saltaban de los trenes en marcha. Pero en un mundo cada vez más estructurado por la experiencia digital, artificial e incorpórea, Brown sugiere que los contornos de este estilo cómico han cambiado para abarcar el modo en que damos forma y asociamos la información. En lugar de surgir de la ansiedad por los medios de producción, la comedia de Brown registra la ansiedad ante los medios de comunicación. Un error en la trama, en Communication, provoca fisuras en la capacidad de la gente a la hora de dar sentido al mundo y entender los cambios locales como condicionantes de fuerzas económicas y políticas más amplias. Los agujeros argumentales no son errores o momentos de “te pillé” por fallos del autor, sino más bien estrategias deliberadas para manipular a los ciudadanos —“amantes de acurrucarse bajo las mantas, del prime time en streaming, emocionalmente… hmm… animales”, tal y como los describe el profesor que presenta la historia— hasta la complacencia y la conformidad. Gran parte del humor del video surge de los paroxismos de Brown en una sopa de palabras, una transferencia de la comedia de golpe y porrazo y del clown al lenguaje. Al principio del video, Aspen se pasea por un escenario teatral hablando por teléfono: “¿No lo has oído? ¿Algo sobre un ‘agravamiento’, o ‘adquisición’, o ‘agotamiento’? No sé. Algo con una ‘a’ estaba avanzando muy rápido. Es esta palabra, es todo lo que puedo oír”. Pasa de una palabra a otra como el motor de un coche que renquea, parando, arrancando y repitiendo frases sin sentido. Su discurso refleja la velocidad y la disyuntiva conceptual que caracterizan al feed, actualmente el principal mecanismo a través del cual digerimos el mundo que nos rodea. Al mismo tiempo, esta frenética jerga socava el objetivo de manipulación total expresado por los especialistas desarrolladores orgasmicomunicadores que pretenden desplazar a los residentes de New Greater Framingham. El cuerpo expresivo del clown y el cuerpo desobediente de la comedia física aligeraban la precariedad corporal en un mundo recién mecanizado, mientras que aquí nos reímos de los ridículos fracasos de un modo narrativo que también amenaza con abrumarnos. Nuestra risa se convierte en una forma de distancia crítica.
Del mismo modo, la gramática estilística de Brown, caracterizada por la torpeza, eleva al espectador a una mayor capacidad crítica. Communication utiliza una forma cómica de autorreferencia, con su vestuario y escenarios descuidados, encuadres inadecuados y un estilo de montaje deliberadamente torpe. Cuando Aspen y Jordie chatean por video con B. Marbles, un director de Hollywood al que se le pide que construya los agujeros argumentales necesarios, su cara sufre un glitch mientras la cámara corta de forma surrealista hacia extraños primeros planos. En lugar de presentar a los espectadores la elegante simplicidad de los métodos de telecomunicación de los que ya disponemos, Brown redobla con humor el distanciamiento estético a través del glitch.
Mientras que la comedia física de Bergson surgió en la estela de la Revolución Industrial, Brown trabaja en la prolongada vida después de la muerte de la era de la información. A medida que la IA penetra en nuestra experiencia cotidiana y que cada vez es más difícil desentrañar la marabunta vertiginosa de desinformación, nuestra capacidad para formular, comunicar y comprometernos críticamente con las ideas pende de un hilo. En la narración de Communication se hace justicia, ya que un personaje llamado Marie frustra el plan de Omnesia y rescata a sus conciudadanos de New Greater Framingham apelando a la empatía y la rectitud de Jordie por encima de los intereses egoístas y lucrativos. Sin embargo, la verdadera fractura de lo que representa Omnesia reside en el tono cómico de Brown. Al igual que los innovadores cómicos del siglo XX, que intentaban dar sentido a un mundo en transformación y a su lugar en él, Brown arroja luz sobre las maquinaciones de nuestra época y sensibiliza a los espectadores ante los fallos de los algoritmos, los feeds y el engañoso discurso corporativo. Al aligerar el diálogo y las rupturas narrativas, se sirve del humor no solo para desahogarse, sino también para resistir la amenaza de la desinformación masiva.
Esta reseña se publicó originalmente en Carla número 36.