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Hay una fotografía en el Instagram de Diana Yesenia Alvarado que la muestra de pie en un taburete inclinándose para alcanzar el interior de una gran vasija de cerámica de color crema.1 Parece como si estuviera a media zambullida, la parte superior de su cuerpo podría ser fácilmente engullida por la cerámica inacabada, es así de grande. Este significativo sentido de la escala se puso de manifiesto en la exposición de Alvarado EARTH WISH [DESEO DE LA TIERRA], atrayendo a los espectadores a los universos de las esculturas de la artista, que parecen alternativamente antiguos artefactos desenterrados de la tierra, baratijas desgas tadas y objetos del espacio exterior. La obra de Alvarado evocaba una tensión palpable entre nuestros vínculos nostálgicos con nuestro planeta y las posibilidades de otros mundos. Gran parte de la inspiración de Alvarado procede de su infancia en South East Los Angeles, durante la cual absorbió
Gran parte de la inspiración de Alvarado procede de su infancia en South East Los Angeles, durante la cual absorbió os dibujos animados y atesoró los objetos hechos a mano que su padre traía de sus viajes a México2 Las figuras de cerámica en la Jeffrey Deitch tienen ojos grandes y expresivos y posturas vivaces que recuerdan a personajes de los Looney Tunes como Piolín. Alvarado dibuja la mayoría de las caras de sus personajes con lápices para esmalte cerámico o aerógrafo, y su estilo suelto y fantasioso recuerda a los rótulos, carteles pintados a mano en peluquerías, tiendas de artículos para fiestas y camiones de helados de Los Angeles (a menudo publica fotografías de estos carteles y rótulos en Instagram)3 Los dibujos con rotulador permanente de animales de dibujos animados en la superficie del ancho recipiente de BLU HUE EARTH WASH [LAVADO DE TIERRA DE TONO AZUL] (2023) aluden al asombro infantil y sitúan la escultura en nuestro momento urbano impregnado de cultura pop. Al mismo tiempo, los tonos azul, negro y beige de la escultura la hacen parecer un recipiente hecho a mano de una época pasada que nos sitúa en la Tierra, pero sugiere una línea flexible entre el pasado y el presente.
Earth Wish I [Deseo de la Tierra I] (2023) es una escultura cilíndrica de metro y medio
de altura parecida a un jarrón de gran tamaño. Conejos y gatos beige con orejas marrón oscuro y naranja y mejillas rojas dan vueltas alrededor del gran recipiente, con sus cuerpos saltando y brincando por la superficie. El hecho de que sus garras sobresalgan de la superficie hace que no parezcan elementos decorativos, sino seres conscientes. Con su paleta de colores limitada y su sensación de movimiento, Earth Wish I parece primigenio. Sin embargo, la naturaleza ilustrativa de los rostros de las criaturas delata una mano contemporánea. Como sucede con BLU HUE, su apariencia no se ajusta a nuestra comprensión del tiempo, lo que nos lleva a preguntarnos: ¿se descubrió esta pieza en la Tierra, como prueba de una civilización anterior, o aterrizó en nuestro planeta desde algún lugar más allá?
Alvarado completó reciente mente una residencia en Cerámica Suro, en Guadalajara (México), fundada en la década de 1950 como fábrica de vajillas y de piezas decorativas y que comenzó a ofrecer residencias artísticas en la década de 19904 Durante su estancia, la artista se inspiró en la cerámica funcional y en la tradición de la fábrica. Cuando trajo las obras de vuelta a Los Angeles y se dispuso a incluirlas en esta exposición, continuó esmaltándolas y dibujando sobre ellas, añadiendo recuerdos personales y sueños a cada obra. De este modo, sus diferentes experiencias de dos lugares muy reales (Los Angeles y México) se unieron en estas cerámicas, que parecen proceder de un mundo influido por el nuestro, aunque más poroso. SPACESTONE [PIEDRA ESPACIAL] (2023), el cual sugiere un origen galáctico ya solo por su nombre, presenta una mitad inferior en forma de vasija que se transforma en una masa rebelde y rezumante de desconocidas protuberancias verdes, negras y marrones. Estos detalles imbuyen a la pieza de una sensación de ser de otro mundo de tener propiedades mágicas que aún no comprendemos.
Al utilizar animales que parecen salidos de un libro infantil o de una canción de cuna, Alvarado combina la nostalgia con guiños a lo mítico y lo sobrenatural. CONEJO ESPACIAL (2023) muestra una criatura con orejas puntiagudas que parece sacada de un cómic de ciencia ficción. De pie confiado sobre sus patas traseras, la criatura tiene un brillo plateado que recuerda a los trajes de astronautas y alienígenas imaginados en la cultura pop. Sus ojos son cautelosos y su boca hace pucheros. En PERRISCORPIO
(2023), una criatura parecida a un perro estira el cuello hacia atrás, mirando por detrás
del hombro. Lleva un collar de picos y tiene un escorpión en lugar de cola, detalles que evocan otra realidad en la que las criaturas míticas han adoptado la estética punk.
Estas criaturas son más exitosas en formatos a gran escala —PERRISCORPIO mide casi 60 centímetros en su lado más largo—, especialmente cuando exhiben gruesas uñas y espaldas arqueadas. Ocupan espacio y miran fijamente al espectador, como si fuéramos nosotros los que entramos en sus mundos, no viceversa. Aunque la exposición también incluía un grupo de obras más pequeñas que recordaban las baratijas artesanales de la infancia del artista, era a través de estas criaturas y vasijas de mayor tamaño, inspiradas en las relaciones pasadas y presentes del artista con Los Angeles y México, con lo que Alvarado construía con mayor eficacia realidades alternativas impregnadas de nostalgia. En última instancia, EARTH WISH imaginaba qué otros mundos podrían existir ahí fuera, mientras rendía homenaje a lo que nos mantiene atados aquí.
Esta reseña se publicó originalmente en Carla número 36.