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Para Xylor Jane, los números son tanto marcos conceptuales como dispositivos formales. La universalidad objetiva de los números y las matemáticas (dos más dos siempre son cuatro) guía la estructura de muchas de sus abstracciones de composición rigurosa en Back Rub / Foot Rub [Masaje en la espalda / Masaje de pies], su reciente exposición en Parrasch Heijnen. Pero como las bases conceptuales y los principios organizativos de las pinturas no siempre son accesibles al espectador, las obras adquieren un poder de otro mundo, un poder hechizante. El trabajo que supone el acto físico y meditativo de pintar de Jane es evidente. Una sensación de curación mágica —lo que la poetisa y escritora Eileen Myles ha llamado “medicina”1— está incrustada en los enigmáticos patrones.
Jane comienza cada cuadro con un sistema que pone en marcha y luego deja que siga su curso (a través de interminables horas de meditada aplicación de pintura). Aunque el resultado de cada obra puede camuflar su origen, siempre se aprecia algún tipo de orden. Dissent (26 Nesting Prime Palindromes) [Disidencia (26 Palíndromos primos anidados)] (todas obras de 2020) es un panel de madera pintado de negro y dividido en 26 filas. Cada fila presenta una cadena de números, que comienza con un único “2”, y que crece hasta convertirse en una pirámide invertida a medida que se van añadiendo filas de números de forma simétrica. Cada fila actúa como un palíndromo, es decir, se lee igual hacia delante y hacia atrás. Reflejado en un eje central, el “2” sigue siendo el punto central constante en cada fila. Los números no están pintados, sino formados a partir del espacio negativo y delineados por pequeños puntos blancos en relieve —una técnica puntillista que Jane emplea a menudo— que se aproximan al aspecto de los números digitales. La precisión de esta técnica mecánica separa la pintura de la mano del artista, pero también pone de manifiesto el minucioso trabajo que conlleva esta obra (Jane lleva unas lupas especiales similares a las de un joyero mientras pinta). Según el comunicado de prensa, mientras pintaba esta obra, Jane vio un parecido entre la forma blanca y negra que surge de los números apilados y el collar que vestía la difunta jueza Ruth Bader Ginsburg: de una cadena de números aparentemente aleatoria aparece un retrato familiar y cargado.
Otros cuadros tienen conexiones igualmente personales, aunque no sean evidentes para el espectador que contempla las seductoras formas finales. Walking to Your House (Counting by Threes) [Caminando a su casa (Contando de tres en tres)] es un lienzo casi cuadrado cubierto de puntos rosados. Los números verdes, azules y amarillos, parecidos a una matriz de puntos, están dispuestos en ordenadas columnas. Por sí solos, su referente es un misterio, pero, dado el título, se leen como el registro de una acción, el acto mundano pero significativo de viajar a la casa cercana de un amigo o amante. La obra adquiere un aire de añoranza en nuestra época de aislamiento.
Moon Dragon [Dragón lunar] es una delicada cuadrícula de puntos negros, blancos y grises sobre un fondo marrón anaranjado, en la que los tonos de la escala de grises están vinculados a diferentes letras. La obra toma su título de los nombres de los gatos de la artista (Jane utilizó códigos numéricos para deletrear encubiertamente nombres como Apple y Crouton). En este caso, también la conexión personal queda oculta bajo un orden matemático que permite que la pintura —desligada de su inspiración— cobre vida propia, asemejándose a una burda impresión digital o a un ejercicio de diseño modernista temprano. La obra de Jane comparte una afinidad visual con otros artistas que utilizan la serialidad para producir fascinantes obras gráficas, como Channa Horwitz, aunque, con sus brillantes colores primarios y secundarios y sus estructuras conectadas a partituras musicales, las obras de Horwitz tienen una clara lógica interna que los lienzos de Jane eluden por completo. Mientras que las obras de Horwitz ofrecen una claridad armoniosa, las de Jane se inclinan hacia una complejidad escabrosa, y los diferentes resultados ilustran la amplitud del potencial dentro de estructuras aparentemente rígidas.
En 6th Order Magic Square for Apocalypse [Sexto orden cuadrado mágico para Apocalipsis], Jane traza una cuadrícula numérica sobre un fondo pastel de formas angulares y prismáticas. Cuando se suman, los números de cada fila, columna y diagonal del cuadrado mágico de Jane son iguales, similares a un sudoku. Resulta encantador pensar que una solución mágica a la aniquilación podría encontrarse en una combinación especial de números, colores y formas, como una pócima alquímica. Este tipo de conjuro se percibe en los colores adustos de Third Spell for POTUS [Tercer hechizo para POTUS], que presenta un fondo oscuro de rectángulos del que emerge el número “46”, como si lanzara un hechizo para la acción política progresista dirigida al actual presidente.
En sus pinturas estructuradas en serie, Xylor Jane produce objetos físicos que abarcan lo personal y lo universal, lo lógico y lo mágico. Lejos de estar alejadas de la vida real, las obras son muy de este mundo, con referencias personales traducidas a través de un trabajo minucioso y meditado. Como espectadores, es fácil perderse en sus puntos atomizados, sus inexplicables cadenas de números y sus inusuales yuxtaposiciones de colores. A pesar de la lógica fundamental de las obras, sigue siendo difícil intentar unir los hilos mágicos. En un mundo que a menudo parece precipitarse hacia el colapso, el orden artesanal de Jane proporciona una sensación de lógica tranquila. No se trata de un orden represivo, que coarte la energía creativa, sino de una estructura abierta que sugiere posibilidades ilimitadas, planos para un mundo nuevo y expansivo.
Matt Stromberg es un escritor de arte independiente con sede en Los Angeles. Además de Carla, ha colaborado con Los Angeles Times, KCET Artbound, The Guardian, The Art Newspaper, Hyperallergic, Terremoto, Artsy, frieze y Daily Serving.
Esta reseña se publicó originalmente en Carla número 24.