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La pieza central de Far Away [Lejos], la exposición individual de Duke Riley en la Galería Charlie James, muestra una masa humana desordenada y abarrotada a bordo de un barco en el mar. Los colombófilos agitan banderas para dirigir sus bandadas mientras que figuras con vestimenta de la época colonial cometen actos de lujuria y violencia en el barco y en las aguas embravecidas de debajo. Un marinero practica sexo oral con una sirena con un tatuaje que dice ACAB (All Cops Are Bastards [Todos los policías son bastardos]). Cabezas sin cuerpo perforadas por anzuelos de pesca se balancean sobre las olas, una lleva una gorra MAGA [siglas de Make America Great Again, Que América vuelva a ser grande] mientras que la otra lleva una capucha del Klan. El enorme dibujo a tinta está hecho en papel canary (un papel de dibujo en blanco roto muy querido por arquitectos y diseñadores), y Riley ha pegado el papel a un soporte, dándole un aspecto arrugado y antiguo. El dibujo, titulado It’s Coming Through A Hole In The Air [Viene a través de un agujero en el aire] (2017) —sacado de la primera línea de la canción “Democracy” [“Democracia”] de Leonard Cohen de 1992—, tiene la paleta, el estilo gráfico y la temática de los scrimshaw del siglo XIX: tallas hechas en trozos de hueso de ballena o colmillos realizadas por marineros que a menudo representaban escenas de caza de ballenas. A pesar de ello, el tatuaje, el sombrero y otros retales de la cultura material contemporánea —un iPhone, una taza de café de Dunkin’ Donuts, un bolso de Louis Vuitton— sitúan este dibujo firmemente en el aquí y ahora. A través de su yuxtaposición de este arte folclórico claramente americano con referencias modernas a la política y la protesta, Riley afirma que nuestro actual tumulto nacional es consistente con aquello que ha venido antes, no separado de ello. La escena bulliciosa y visualmente agotadora pinta una imagen de la democracia americana que es caótica, violenta y desordenada, desafiando la falsa noción de que alguna vez hubo un período de “grandeza” al que volver.
Riley explora un pasado náutico similar con Far Away (2019), un mosaico de conchas sobre un marco octogonal que representa una botella que flota en el agua como si hubiera sido arrojada por marineros naufragados. Las conchas en un collage siguen la técnica de lo que se conocía en los siglos XVIII y XIX como “el San Valentín de los marineros”. Las curiosidades incrustadas en los caparazones no fueron ensambladas por marineros, sino por las mujeres de Barbados para que los marineros las llevaran como recuerdos a sus seres queridos tras largos viajes. De nuevo, la idea de la añoranza del hogar se convierte en una mitología retorcida, mal recordada en los anales de Americana.
En Far Away, la primera exposición en Los Angeles del artista radicado en Nueva York, además de los dibujos a tinta y las obras en papel —muchas de las cuales parecen trozos de flash de tatuaje (Riley también trabaja como artista de tatuajes)—, Riley presenta obras que catalogan actuaciones pasadas utilizando palomas mensajeras. Con una afinidad obvia por las formas de arte anticuadas o pasadas de moda (scrimshaw) y los vestigios culturales del pasado (palomas mensajeras, cuyos palomares solían salpicar los tejados de toda la ciudad de Nueva York), la seriedad y el compromiso estudiado que Riley aporta a su material evita que su obra roce lo artificioso o lo afectado. Por el contrario, está basada en su compromiso sincero con el pasado y en la propuesta de que este y el presente se encuentran relacionados.
The Army of the Night [El Ejército de la Noche] (2017) es un catálogo bordado y pintado a mano de las palomas que participaron en la actuación de Riley en 2016, Fly By Night [Volar de noche], en la que equipó a miles de palomas con luces LED antes de enviarlas a volar sobre el Astillero Naval de Brooklyn al anochecer. Riley y otros colombófilos agitaron banderas en el extremo de largos palos, guiando a las palomas en una elegante y luminosa coreografía aérea. Aunque llamados insolentemente y representados con delicadeza, sin contexto adicional en la galería, los retratos de palomas son sustitutos evasivos del drama de la representación real. Del mismo modo, dos obras enmarcadas que muestran 50 arneses de palomas representan a Charlie James en una gran actuación en 2013, Trading with the Enemy [Comerciando con el enemigo], para la cual Riley pasó cuatro años planeando y ocho meses criando y entrenando palomas para que volaran de Cuba a Florida. La mitad de las aves estaban equipadas con arneses para llevar cigarros cubanos de contrabando, mientras que las otras 25 llevaban cámaras que documentaban el viaje de 90 millas desde La Habana hasta Key West (Cayo Hueso). Once hicieron el viaje con éxito. Colocadas en marcos de caoba y dispuestas en rejillas, los arneses de las cámaras, de colores brillantes, llevan cada una el nombre de un cineasta que ha tenido encontronazos con la ley —Luis Buñuel, Ruggero Deodato, Dennis Hopper— cosidos en ellas, mientras que los arneses de los cigarros llevan nombres de contrabandistas —el capo de la droga Pablo Escobar, el pirata Jean Lafitte, el contrabandista de la Guerra Civil Minnie Burr—. El proyecto es un comentario encantador e ingenioso sobre nuestra porosa frontera meridional y la larga historia de tráfico —de bienes, personas y cultura— tanto legal como ilícito que ha circulado sobre ella. También es un intento anticuado y semilegal de frustrar los sistemas de alta tecnología de las fuerzas del orden que vigilan los mares. Aun así, como pasa en Fly By Night, la documentación en video o fotográfica de su viaje habría contribuido en gran medida a desarrollar más la narración que estos objetos comienzan a contar.
Otros dibujos insinúan historias sin revelar su profundidad. Por ejemplo, For God’s Sake, Stop Firing! [Por el amor de Dios, ¡deja de disparar!] (2018) es un pequeño dibujo a tinta que representa un pájaro de perfil, con sangre goteando de su pata sin pie. Una etiqueta en la otra pierna dice “Cher Ami” [“Querido amigo”]. Una búsqueda en internet del título de la obra revela una historia sobre el Mayor de la Primera Guerra Mundial Charles W. Whittlesey y su “Batallón Perdido”, una tropa que se había quedado aislada en lo profundo del territorio alemán y sin comunicación con otros regimientos americanos. Cuando las fuerzas americanas comenzaron a bombardear su posición, confundiéndolas con el enemigo, Whittlesey envió una paloma llamada Cher Ami con un mensaje que decía, en parte: “POR EL AMOR DE DIOS, DETÉNGANSE”. A pesar de haber sido alcanzado en el pecho y en el pie, el pájaro entregó su mensaje, salvando al batallón. A la luz de las protestas contra la policía y la violencia promovida por el estado en los últimos años, el mensaje de Cher Ami, especialmente alterado por Riley, capta una urgencia contemporánea.
Desde su San Valentín de marinero hasta sus referencias al scrimshaw y al perdido arte de la colombofilia, Duke Riley tiene un pie firmemente integrado en los oscuros talismanes de Americana. Sin embargo, en lugar de vivir en el pasado, Riley saca a relucir estos antecedentes históricos para comentar el presente, ilustrando que el miasma cultural y político en el que nos encontramos puede que no sea tan inaudito después de todo. Far Away toca muchos palos, dando a los espectadores amplias direcciones estéticas e históricas que seguir, pero, a falta de un contexto adicional, a menudo no logra entrelazarlos en un todo coherente.
Esta reseña se publicó originalmente en Carla issue 22.